IGLESIA SAN ANTONIO ABAD

Templo de estilo barroco y originario del siglo XVI, destacar su gran cantidad de retablos, pinturas, imágenes, altar y cúpula, sobre todo el Cristo de la Vera Cruz de la escuela de Pedro Roldán. Protagonista indiscutible en la celebración del Viernes Santo, ya que se recrea el descendimiento y Santo Entierro. Se encuentra en la emblemática Plaza de la Libertad, recientemente reformada. 

Historia

Hay constancia de que existió una iglesia en la peña del Castillo del Hierro, se puede afirmar gracias a un documento fechado el 16 de marzo de 1524 y ubicado “En las casas de la villa de Pruna (…) a las puertas de la yglesia de la dicha villa.”. Posiblemente construida en el señorío de Rodrigo de Ribera (1457-1475).

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Aunque todo apunta a que la primigenia parroquia de San Antonio Abad no se construye hasta mediados o finales del siglo XVI, cuando el pueblo se traslada a la ubicación actual. Pero no es hasta mediados del siglo XVII cuando se inician las grandes obras del santuario (1665-1796): ampliación de naves laterales, cúpula, camarín, presbiterio, torre, etc. Confeccionándose así la imagen de la iglesia barroca que actualmente conocemos.

De hecho el libro más antiguo del archivo parroquial es el 1º Libro de Bautismos, siendo la primera niña bautizada María, hija de Bartolomé Saldaña y Leonor Sánchez el 3 de abril de 1559 por el párroco Juan de Baeza. Además se tiene una referencia en el Diccionario geográfico Español: Sevilla de Tomás López de finales del XVIII sobre la parroquia anterior al traslado del pueblo. En la pregunta Nº 7 responde Don Juan Agustín Romero (cura de Pruna): “al pie de la falda de dicho peñón, se conserva un caserón de cal y canto sin techado y se dice comúnmente la iglesia vieja y antigua”.

En los primeros compases del siglo XIX se iniciarán una serie de reparaciones en el edificio, sobre todo, continuos desperfectos en el tejado causados por los duros inviernos de la zona, testigo de ello fue José Blanco White que, debido al temporal, tuvo que hacer un alto en el camino y pasar la noche en la parroquia de Pruna. A principios de los años treinta también se solicitaron reformas en la torre, habitaciones de la sacristía y recambio de las campanas.

Todas estas intervenciones más deudas atrasadas llevaran a la iglesia a una bancarrota, problemas económicos que arrastrará hasta finales de siglo. Sin duda, no ayudaron a su recuperación económica los conflictos de la Guerra Civil Española donde el templo fue saqueado e incendiado (1936), perdiéndose los retablos y la imagen de la Pura y Limpia Concepción entre otras, quedando como único testigo y superviviente el Cristo de la Vera Cruz.

Esta imagen fue la única superviviente de la tragedia vivida en la Guerra Civil. Convirtiéndose así en la imagen más antigua que alberga la parroquia, donde estudios recientes la han datado entre finales del XVII y principios del XVIII.

Estos mismos estudios afirman que es una talla de la escuela del famoso imaginero Pedro Roldan, pero a decir verdad la autoría de la imagen es anónima y no hay ningún documento que demuestre lo contrario. De hecho, Don Pedro Enrique Manzano Beltrán, restaurador del Cristo entre 1995-96, así lo plasma en su informe al no encontrar ninguna firma en las piezas ni documentación. Una restauración que era necesaria debido al mal estado provocado por la manipulación anualmente en el Descendimiento -la talla es de las pocas en Andalucía que siguen siendo articuladas- y además presentaba ampollas en la zonas de los pies debido al incendio del templo.

El Sermón del Descendimiento de Cristo del Viernes Santo es un rito que ahonda sus raíces en la Edad Media siendo Pruna una de las pocas localidades de Sevilla que aun la mantienen. Gracias a que la talla es articulada se puede preparar la escenografía de este episodio de la vida de Jesús logrando desempeñar las funciones de crucificado y yacente.

Descubre…

Pruna, Atalaya de Sevilla